Ayer fuimos a un buffet de comida china y como bien me enseñaron de niña "antes de comer hay que lavarse las manitas" así que como perrito de pavlov me fui derechito.
Siempre es una aventura ir al baño de donde sea (pasando por la bacanal fétida de un baño de gasolinera, las equilibristas letrinas de los comedores carreteros, los despapelados y agonizantes servicios públicos del Seguro Social y demás azarosos espacios donde en veces -muchas veces- es inevitable hacer escala).
Este particular baño tenía unos jabones superpoderosos que eran MEGA brillantes... wooo! no pude dejar de verlos un buen rato reflexionando en el buen gusto de quien decidió colocarlos... no bastando ya su "rosado" color tuvo el ingenio de ponerlo en esas delicadas botellas de syracha (será por eso que se ven mááás rosas? la neta las manos no me quedaron enchilosas, pero quizá si radiactivas).
Lo mejor fue que ya de salida me di cuenta de un genial detalle:
1 comentario:
Quiero salsa en nuggets de pollo.
el Chanek refrescado
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