14/2/11

de mudanzas y espacios para flotar

Cuando volví a saber de ti me dijiste que vivías en una azotea del centro, a unas cuadras del malecón, en el callejón de aquel repleto billar.
Tu cuarto tenía en el muro más grande un mapa que lo cubría casi todo, el mapa de México y sus carreteras... la azotea era increíble... marimbas en murmullo por todos lados, el aroma salado y viejo del buen Veracruz, el cielo malva, mucho espacio sólo para dejarte caer y disfrutar.
Pasaron meses para coincidir, ahora vivías lejos del centro, detrás de una fonda. En tu cuarto hacía calor y afuera había una "pila". Después de limpiarla, llena de escombro la tenían, la llenamos y nos pusimos en remojo... pocas cosas tan deliciosas como dejarte ser.
Al siguiente lugar que te mudaste, justo enfrente del anterior, le encontramos provechoso el techo, apañamos una escalera mal puesta y nos hicimos terraza con una cobija y algunas botellas de vino. Creo que ahí fue cuando comenzaron las clases de astronomía.

Yo llevaba 8 cambios de casa en 4 años y tú, toda la vida.

11/2/11

una mujer cantaba sola


Estaba en mi último bocado cuando ella comenzó a cantar... ¿sola?
Sus aretes en forma de flor brillaban a la luz de ese foco desnudo. Alguien alzaba la mirada de vez en cuando para verla, sus canciones todas eran de dolor, canciones añejas, de esas que ya no tocan en ninguna estación de radio.
Fue una imagen triste, ella y su voz ante todo ese grupo de hambrientos nocturnos sin interés.

Yo lo disfruté.

7/2/11

6/2/11

el estanque de los monos

entre ellos y nosotros no hay nada más que una barrera de agua en la que ambos nos reflejamos

5/2/11

bloody weekend