
"Aquí había una huerta con duraznos, mandarinas y limas; también había una casita donde el porche se llenaba del viento fresco de la tarde... nos quitaron el derecho al agua hace 15 años y ahora sobreviven sólo los mezquites y el matorral"
Doña Elvia recordaba cuando Javier aprendió a gatear en la tierra húmeda.
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