
Con diez pesos se volvió loca... salían y salían. Comencé por llenarme las bolsas de la chamarra, luego mi morral, al rato ya no cabían más en el pantalón y empecé a llenarme la boca. "Coma diabético" pensé, pero seguí. Dos niños estaban cerca viendo perplejos, me hice a un lado y con ellos continuó la cascada. Me fui sonriente, llena de sabores y sumamente maravillada.
2 comentarios:
El sueño de todo niño, jeje.
atascada!
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