Hace casi 10 años hice un casting para un corto, por extrañas razones todos salió de maravilla y cuando estube en la primera escena real no me pude olvidar de mi, era imposible ser alguien más y todo se fue al carajo.
En una escena marcaba yo un teléfono, era el cuarto de un motel a media luz... no recuerdo la línea pero era de lo más sencilla quizá un "voy para allá" y me quedé muda por un bueeeen rato hasta que alguien en el cuarto, detrás de la cámara, simplemente dijo "eso lo haría mejor yo, alguien tiene un cigarro?". Perdón??!!... Eso fue el fin de mi simulacro de actuación.
Se acabó, de ahí en delante ni en videos familiares, por favor.
En la imagen, yo en casa de un cineasta (Tata Chinos). Fotografía de Alberto Contreras.
2 comentarios:
Esto es totalmente normal, bueno, en el teatro es aún peor. jeje.. Estaba mirando tu blog y encontré esta entrada. no desistas!!
Gracias por los ánimos! Híjoles pues el teatro si que es otra cosa... me hubieran aventado con algo segurito (el tomate está muy caro, probablemente con guayabas). Saludos Marta!
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